Sin duda que hemos tenido la oportunidad de explorar con escasa competencia –al menos por tiempo– un mercado de más de 1.440 millones de habitantes, y sabemos que los negocios se mueven hacia donde están las oportunidades. Y no los culpo. El sistema económico en que estamos insertos opera así. Pero, pregunto, ¿dónde han estado las políticas públicas? Creo que nos sentimos atraídos por las oportunidades fáciles y, lamentablemente, los últimos gobiernos simplemente continuaron profundizando los vínculos económicos y comerciales con China. ¿Y ahora qué? Por ahora, parece más de lo mismo. Pero todavía falta. Desde mediados de la década pasada, China también pasó a ser el principal origen de nuestras importaciones, seguido por los Estados Unidos. El valor de nuestras compras a China alcanzó a más de 17.240 millones de dólares, durante los años 2017 a 2021 (promedio). Esta cifra representa cerca de un cuarto de las importaciones totales, pero participan con mucho menos del 1% de las exportaciones chinas al mundo.