El desafío es que estos modelos mejoren, para que, en una eventual nueva elección, puedan convertirse en modelos que se acerquen con propiedad a los resultados reales. Para ello es fundamental que desde ya usen la data real de la elección del plebiscito y calibren su modelo usando herramientas de segmentación poblacional, para acomodar una población muestral representativa. Así, los modelos a realizar en el futuro pueden ser más precisos que los vistos hasta ahora.