Con todos los errores, las estupideces, la sensación de que el momento histórico le “quedo grande”, así como con los delirios de superioridad y falta de coordinación colectiva, hay algo que la izquierda, en todo caso, no debe perder de vista. A pesar de los problemas esbozados, sigue siendo la izquierda el único espacio político que se ha atrevido a dar pasos para esbozar una forma, un modelo de sociedad para el futuro. La derecha tiene hoy claramente “el sartén por el mango”. Lo interesante, sin embargo, es que, al tiempo en que lo tiene a su antojo, no sabe qué hacer con él. Y es que, tal como quedó de manifiesto en la discusión constitucional, el Rechazo se circunscribió a criticar la propuesta de Nueva Constitución, sin siquiera decir alguna vez, por muy resumidamente que sea, cuál sería la imagen de sociedad que procura proyectar para el futuro. Esto, para ser claros, no pone a la izquierda de ningún modo en una posición de superioridad moral o intelectual, como aludía más arriba, sino que debe servir como aliciente para lograr ver sus errores, intentar corregirlos con responsabilidad y seguir dando lucha en la disputa por hacer de Chile un mejor país.