Durante el periodo de sequía, es decir, en los últimos 10 años, el caudal promedio bajó a 1050 l/s y, en los últimos tres años, fue de solo 270 l/s, según la investigación del geólogo Sergio Iriarte, de la Universidad de Chile. Vale decir, un 85% menos respecto del promedio histórico. El Ejército de Chile es dueño de los derechos de agua en la zona, y la misma institución se los arrienda a la minera Anglo American y a la empresa agrícola Chacabuco Quality Grapes, exportadora de uvas. El científico advierte que, además de afectar a los habitantes de Colina, impacta en el agua subterránea. «Es justamente en este tramo del río, ahora seco, donde se producía la infiltración hacia el subsuelo y genera la renovación del agua en el acuífero», comenta. La institución castrense señala que el arrendamiento de las aguas es legal y que lo recaudado se destina a mejorar la calidad de vida y bienestar del personal y sus familias. Anglo American, por su parte, explica que solo usan el 3% de esos derechos de agua y que no son responsables de que el río se secara. La empresa agrícola, en tanto, declinó referirse al tema.