¿Debemos entonces volver a plantearle al “soberano” la misma pregunta que se le planteó hace dos años? Porque si el “pueblo” no valida o impulsa protagónicamente el proceso constituyente, serán los partidos políticos, tanto del Ejecutivo como los del Legislativo –los mismos que representan un porcentaje paupérrimo del total de los electores–, los que van a hacerse de la voz de los que expresaron un rechazo a la propuesta constitucional, con más de 60% de los votos emitidos de un padrón con más de 80% de participación electoral, éxito en el cual los partidos no participaron mucho. Recuerden que vimos una ausencia absoluta de los mismos del lado de la vereda ganadora. El famoso “gap”, hiatus, desfase, que existe entre la masa y los partidos no se ha ido reduciendo. El voto Rechazo puede quizás también interpretarse como “antipolítico”. A la hora de volver a juntarse, en las próximas reuniones en el Congreso, sería bueno que los partidos no lo olviden.